Una vez, un anciano Labrador que tenia varios Hijos enemistados, decidió reunirlos y pidió un manojo de varas de madera. Luego, pidió a cada uno lo rompiera a la vez que les decía:
"Hijos míos. Dejaré como herencia mi fortuna a aquel que pueda romper este manojo de varas."
Cada uno de los Hijos intentó romper dicho manojo de muchas maneras e incluso, usando las rodillas, pero todos no pudieron. El padre Labrador notando que todos se rindieron, se acercó hacia el manojo y sacando una por una las varas, las quebró con facilitad.
Uno de sus Hijos viendo aquello, se acercó a su Padre y le dijo:
"Padre, nosotros también lo hubiéramos logrado de esa manera."
El Padre respondió:
"Esta lección, hijos míos es la mejor herencia que les dejo. Ustedes son como estas varas: unidos por el amor fraterno serán fuertes e invencibles; pero si están separados, cualquiera los vencerá."
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Moraleja
La unión hace la fuerza.