El Charlatán y el Monarca

Cierta vez, un Charlatán aseguraba que era capaz de convertir en un Asno común y corriente, en un gran y elocuente orador. Cuando la noticia llegó a oídos del Monarca, lo convocó a su palacio y teniéndolo ya presente, le dijo:

"Tengo en mis pesebres a un hermoso jumento. Deseo que lo prepare para que sea un gran abogado."

"Será un placer concederle gran tarea su Majestad. Para dicha tarea, necesito que me brinde un plazo de diez años." - Dijo el Charlatán.

"Está bien."  - Respondió el Monarca —. "Te concederé el plazo que pides y por eso te daré una buena recompensa, pero si no cumples lo prometido, te advierto que serás castigado con la horca."

Una vecina que merodeaba por ahí que había escuchado todo, se acercó al Charlatán y le dijo:

"Oye amigo, ¿cómo se te ocurrió hacer ese tipo de promesas?"

"¡Qué tonta es usted amiga!" - Respondió el Charlatán - "En diez años de seguro muere el Rey, el Asno y tal vez, hasta yo."

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Moraleja
El tiempo cura los males, y olvida promesas banales.
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