Cuando se agotaron las provisiones, el Labrador sacrifico a sus ovejas para poder alimentar a su Familia. Varios días después, le llegó el turno a las cabras. El Labrador antes de empezar, se dijo:
"Me da pena sacrificar a todos mis animales, pero no me queda otro remedio."
Los días pasaban y las lluvias sólo aumentaron. La escases de comida era notoria así que el Labrador empezó a sacrificar a sus bueyes.
Uno de los varios Perros que el Labrador criaba, notó el gran drama que vivía la familia, así que se acercó a sus camaradas y dijo:
"Hermanos, como van las cosas pronto seremos los siguientes. Así que desde ahora huyamos y muy lejos; de lo contrario pasaremos a ser la comida del Amo y la de sus hijos."

Moraleja
Huir del peligro no es de valientes,pero sí de prudentes.