La Oveja esquilada

Hace mucho al llegar el verano, era costumbre que los Pastores esquilen a sus Ovejas para librarles del calor que sus lanas les brindaba. Ellos también sacaban provecho a aquella lana en venderla a fábricas cercanas al pueblo y de paso, beneficiarse con generosos ingresos a sus hogares.

Un Pastor que siempre llevaba a cabo la tarea de Esquilar, estaba muy enfermo por la cual otros Pastores tuvieron que buscar ese otra persona que pueda encargarse de dicha tarea.

Un día, se presentó un Hombre que decía ser Esquilador de profesión y que tenía las herramientas necesarias. Los demás pastores al no tener otra opción, decidieron confiarle dicha tarea y de inmediato le encargaron afeitar a todas sus ovejas para que puedan procesar la lana.

Aquel Hombre inició rápidamente el trabajo pero luego se notó su poca destreza al esquilar a las Ovejas, ya que ellas quedaban no sólo mal afeitadas, también heridas por los cortes. Después de que muchas ovejas pasaran por su manos, una Oveja que estaba a punto de ser esquilada, tenía la costumbre de ser muy escandalosa. Cuando el Hombre empezó a esquilarla del mismo modo mal e hiriéndola, la Oveja se molestó y dirigiéndose a él, le dijo:

fabula la oveja esquilada


"¡Pare ya señor!. Si desea  mi lana, al menos trate de afeitar bien y un poco más arriba. Pero si desea mi carne, mejor liquídeme rápidamente en vez mortificarme más arrancándome la piel poco a poco."

Moraleja
Es del hombre obligación, ejercer bien su profesión.
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